miércoles, 22 de abril de 2009

El 3º dia, parto en micro a visitar Carmelo

Capitulo 3.

Mi tercer dia ya empezo y lo tengo que disfrutar al maximo. Hoy cerre el pasaje y mañana a las 19 hs se termina este transformador viaje.
En este momento me encuentro en el bar de un club de barrio en Carmelo, almorzando.
Me desperte y decidi tomarme un micro a algun lugar y fue "Carmelo", ubicado a 55 km, una hora de viaje en bus. El viaje fue toda una ruta rodeada por bastos campos, con diferentes tonalidades de color, muy semejante a las rutas de campo Argentinas.
Baje del micro sin saber donde estaba, en la plaza principal "Artigas" y la primera impresion que tuve fue de un calmo pueblo. Era mediodia y por las calles no habia ni una sola persona, tan solo yo deambulaba por ahi. Camine un poco, saque unas pocas fotos y como no habia nada que hacer, y la soledad extrema ya se empezaba a sentir, entonces decidi sentarne e esperar en un bar de un club, el unico negocio abierto y no exagero.
Es mediodia, recien las 15:00 hs y el micro a Colonia recien sale a las 17:00 hs y ya quiero irme. Estoy almorzando una milanesa con fritas, sin otra salida que usar este bar como refugio. Pareciera que cuando pensas que hora es y tenes la nocion del tiempo , este pasa demasiado lento, y las cosas se disfrutan de otra manera. Pero esto es una experiencia y todo viajero se arriesga a esto... Si no arriesgas, no aprendes. Si no aprendes, no creces. El que no crece, no se transforma. Y hoy quiero arriesgarme, aprender, crecer y transformarme. Y todo esto me esta dando este viaje.


Son las 23:21 hs y estoy muy relajada tirada en la cama, despues de unos magicos, no tan magicos mates y puchos... Tranquila, en paz. Luego de Carmelo mi dia siguio así...
Ya se dibujaba en el cielo una pintura de colores deslumbrantes para cualquier ojo que lo viese, y yo lo aprecie en el mejor lugar, en unas rocas junto al rio, sin gente alrededor, solo algunas personas que merodeaban por ahi; pienso, que con sentimientos parecidos a los mios. Y yo totalmente deslumbrada de estar observando semejante belleza que una camara no puede capturar... y el rio que de fondo se expresaba y musicalizaba el momento. Sombras de árboles y sus copas que se agitaban; no hay maravilla tal como el cielo, los árboles y el rio...

Ya de noche una melodia tranquilizadora me llamaba, era un saxo que cantaba y me conmovia. Yo frente a ese momento, (pareciera que preparado para mi), sentada en una colina de pasto, en posicion de meditacion, con una repiracion suave. Y como fondo de esta obra, la luna llena que brillaba en lo alto del cielo solo para alumbrarme...
Para continuar con este ritmo calmo, le siguio otra cerveza y otro de pan lactal (mi unica comida en todo el viaje). Nada me distrajo en un largo tiempo, pero el frio ya me empezo a incomodar y decidi que con ese buen momento culminaria mi tercer dia en Uruguay.

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