jueves, 29 de abril de 2010

Sin contacto corporal no hay traspaso

Para poder tocar bien a un ser, despertando en él su Yo esencial, debemos concentrar en nuestras manos la fuerza corporal, libidinal, emocional y mental. Sentir en ellas el espacio infinito, el tiempo eterno, el amor inconmensurable que es raíz de la materia, la grandiosa alegría de la vida. Cuando tocamos al otro podemos transmitirle todo ello.



Tocar es acompañar.

Como un cuento

Hoy me desperté despues de un sueño, con una llave en la mano y me dije a mí misma: Mirá, aca tenés lo que necesitás... De ahora en más no te tomes en serio, sos un personaje digno de la ficción que debe pasar por millones de aventuras con el transitar del tiempo. Y si pensas y esa cabeza se prende fuego, y si no actuas de acuerdo a las leyes de los sentimientos, todo este cuento que es la vida, pierde por completo la fantasía.
Entregate y juga, me dije entonces.

jueves, 22 de abril de 2010

Yo Jacinta, Yo Manola, Yo Juana

Un cuento corto

Jacinta tiene un pico de fiebre y desconoce los motivos de su habitual neurosis. Tuvo una semana dura donde si se cruzaba con uno de los últimos mosquitos de la temporada y lo oía zumbar cerca de su oreja, ella de repente se desequilibraba, tomando el aerosol como arma infalible para los susodichos y aprentando el gatillo victoriosa, volvía a su eje central... Jacinta está nerviosa, se siente perturbada, como si su casa fuese una prisión y su propio ojo la estuviese observando a todo momento desde cualquier dirección en la que se moviese. Por eso es que a Jacinta, cada dos por tres, le sube desde los piés, una corriente líquida compuesta de átomos envenenados que le recorre todo el cuerpo, para alojarse finalmente en su materia cerebral y ahí es cuando la razón desaparece y dice no reconocerce en el extraño y alienado papel que la manipula como a una marioneta del terror.

La pequeña Jacinta necesita salir a caminar despreocupadamente, con las manos en los bolsillos de su abrigo y hacia algún rumbo que la ponga felíz. Anteriormente le gustaba salir por las mañanas a alimentar los gatos del Botánico, y luego tomar rescostada sobre el pasto del jardín un poco de sol, que no es como cualquier otro sol, pues sentía que allí su cuerpo brillaba de otra manera. Además, Jacinta se pone felíz cuando se encuentra con Manola: ella es su fiel compañera que conoció en uno de sus viajes.

Manola, proveniente de un lugar en el mundo por el que Jacinta siente amor, es una apasionada Sevillana que con su tono rítmico de voz, y con su fatal y excéntrica presencia, sirve a Jacinta como suero y hace correr alimento por las venas de la muchacha. Manola es una de esas mujeres que lleva la dicha de la vida a flor de piel, y logra ensamblar a la perfección, lo grotesco con lo sensual, cosa que a Jacinta generalmente la calma y la hace sonreir. Y a pesar de los brotes esquizoídes que arremeten con frecuencia a Jacinta, Manola jamás temió de esos catastróficos ataques repentinos y en tan poco tiempo de amistad, supo generar la medicina para sacarla de tal compleja reiteración.

Manola disfruta cuando se entrega de manera viceral al arte y la comedia. También se desenvuelve de manera maravillosa dentro del mundo de la música, y en esos espacios es cuando se siente libre. Es una artista que disfruta y se entrega a cada momento de la vida y son pocas las veces en que se la pueda ver mal, y si llega al punto de la tristeza, es su amiga Juana Calamída, quién ayuda a Manola para revertir ese posible mal, en alegría.
Cuando Manola y Juana están juntas se respira un aire que es exquisito. Se suben al escenario de la vida y comienzan a hacer lo que más disfrutan que es crear, jugar y vibrar. Jacinta se sienta en primera fila para cada uno de sus espectáculos y siguiendo una estricta rutina se acomoda en la butaca de manera firme, con la espalda tensa, como sus gestos comprimidos del rostro; y con sus brazos apoyados inmoviles sobre su asiento, mintiéndose a sí misma, que si se relaja, todo detalle de la obra se le escapa de su atención.

Juana Calamída en uno de sus papeles actorales, interpreta de manera extraordinaria a Jacinta, ridiculizando sus trances neuróticos de forma amena, desde su punto de vista más burlesco; y ella desde abajo, se comienza a reir a duras carcajadas de tal interpretación, al verse reflejada através de un espejo actoral, y entonces relaja de una vez por todas sus duras muecas y su cuerpo se mueve de un lado al otro sobre la butaca.
Al ver semajante expresión de contento en su aprisionada amiga, las artistas le giñan los ojos con complicidad a la entonces divertida Jacinta y la obra continua a aplausos y risas con una gran devolución proveniente de las pocas personas que se encontraban en la sala...
Y termina el espectáculo sobre las tablas, pero las artistas siguen siendo iguales por la vida. Y Jacinta sabe que necesita de Manola o de Juana Calamída, cuando esa adrenalína que perfectamente llama la sin razón, le sube por el trayecto, ya a la altura de las rodillas...

Juana ayuda a Jacinta y se divierte con Manola.
Jacinta se relaja y se siente comprendida por sus amigas.
Y Manola se siente dichosa de estar compartiendo su felicidad con la neurótica y frágil Jacinta, y ensamblada con su complemento, la señorita Juana Calamída.
Y así pasan sus días, colaborando en un proyecto que las amalgama a las tres amigas, para que una dosis de bienestar se haga fusión entre tanto sano delirio.

martes, 13 de abril de 2010

Una decisión de peso


El peso, la necesidad y el valor, son tres conceptos internamente unidos: Sólo aquello que es necesario, tiene peso; sólo aquello que tiene peso, vale.




... esta convicción nació de la música de Beethoven, un levantador de pesos metafísicos.


viernes, 9 de abril de 2010

La felicidad no es cosa material


Hoy fue una terapia de esas que entran en la lista de muy buenas y que me dejan en estado de alegría, como si estuviese cubierta por una capa de energía que me protege durante el resto del dia y las proximas 24 hs. Y al cruzar la puerta al llegar el final de la sesión, exhalo de manera abrupta para que en mi espíritu no quede ningún rastro de pesadumbre o aflicción y salgo; y dejo de habitarme por un rato para así conectarme con las miles de personas que caminan y pasan cerca mío. Veo sus rostros con atención, descifro sus posturas y sentimientos, y me rio. Con mi andar, la sonrisa se me agranda más. Me abrazo internamente, si... vuelvo a mí... todos mis puntos energéticos sienten que estan encendidos y así emprendo mi regreso. No camino sino que con cada paso, salto o me deslizo en veredas de sal, pués caminar con la típica marcha habitual, sería algo sumamente rígido para llevarlo a cabo en ese momento, y de tal forma rompería mi bienestar.
Comienza a caer el sol, y en el mejor momento del día, estoy parada, un poco inquieta jugando conmigo para los demas, esperando en mis sentidas estaciones de trenes, donde la obra de arte que regala el cielo y la sonoridad que avisa a lo lejos que esta llegando el vagón, me cubren de completa ventura... Y que son, pequeños momentos de cualquier día que hacen al espíritu vibrar.

jueves, 8 de abril de 2010

Sólo nos aislamos en las cosas pequeñas...



Sólo nos aislamos en las cosas pequeñas,
en la mínima y frágil libertad
de las cosas pequeñas
y nos cuesta en verdad dejarlas,
porque al abrigo de los inútiles objetos
inevitablemente cotidianos
existe todo un mundo no sabido de ternura.

Sólo nos aislamos,
sólo crecemos en las cosas pequeñas:
aquel pañuelo que llevamos siempre
doblado con tanto cuidado en el bolsillo,
la canción que recordamos de pronto,
un libro ya olvidado,
el gesto repetido tantas veces,
o la cosa más íntima
que nadie podría amar
como nosotros la amamos.

Se trata, bien mirado, de una constante
evasión hacia nosotros mismos,
hacia la más pura e íntima parte
de nosotros mismos,
convertida al fin y al cabo
-y nos sorprende siempre constatarlo-
en lo que más nos acerca al yo profundo
que vive adentro nuestro,
y sobre todo en lo que más intensamente
nos alienta a vivir.

(Miguel Martí)

miércoles, 7 de abril de 2010

Aprendizaje





Puedo usar el conflicto para encontrarle una salida creativa, para ver que puedo desarrollar de mi misma, con que puntos ciegos me estoy enganchando. Este es mi camino. Esto es lo que me gusta de la vida, ir descubriendo sobre mi y sobre los otros; un desafío, no esperar que no haya conflictos, sino verlos como una oportunidad para desarrollarme.

martes, 6 de abril de 2010

Entre dos aguas



Llega lejos. Lejos... Hacia lo hondo.
La sangre y pasión transmitida en música.
Guitarra transformada en dignidad sonora... Para relajar...

El canto del viento

En ciertas horas de este dédalo que es la existencia actual, siento la necesidad de evocar el camino andado, de medir las leguas recorridas en el tiempo, no para quedarme en ellas, sino para considerar la distancia entre la tierra y mi destino, entre el paisaje y mi corazón.


(Atahualpa Yupanqui)

viernes, 2 de abril de 2010

Alpha Omega

Mi mente clama por irse un rato y expandir conciencia hacia otra realidad. Tengo ganas de salir a caminar con la energía de Shiva y andando los caminos placenteros de la vía lactea, transformarme en los cuatro elementos. Morder una porción de maravillas: danzar y alcanzar el corazón del universo para luego guardarmelo en el bolsillo.