miércoles, 22 de abril de 2009

Colonia del Sacramento: Mi primer viaje sola, en el que medí mi capacidad y salí victoriosa de la revolución interior...


Capitulo 1.

Comienza este relato de viaje, bién en una típica escena de canción tanguera; las 12:39 hs del mediodia, un dia de Abril agobiante y todavia en Bs As; mas precisamente en un bar bien porteño, ubicado en pleno microcentro. Yo un tanto mareada por la cerveza que acompaño mi pizza y sola: pero bien contenta de estar viviendo este momento, disfrutando solo de la compañia de mi ser que hasta ahora me esta resultando muy agradable. Perdi el viaje de las 9:00 hs de la mañana y no me queda otra opcion que esperar hasta las 15:00 hs que sale el proximo buque. No veo la hora de embarcar y mirar como me alejo de todo mientras el sol se refleja en el rio, el que mirare bajo un dejo de hipnosis.
Adentrarme en estas tierras con su mistica, siempre es estimulante. Elevar mi inconciente, transformarme, eso es lo que busco.
Ya estoy en pleno viaje, sola, en la soledad mas larga que hasta ahora vivi, pero bien...Yo no miro a mis costados y me concentro en la ventana, contemplando la inmensidad de las aguas. Luca Prodan estimulando mis sentidos (cantandome melodias electricas), y yo... en otra sintonia, totalmente desconectada de los pasajeros que me rodean, y tratando de localizar la frecuencia de mi alma.


Mis espectativas del viaje no tienen limite. Como primer objetivo, romper la pared de mi cabeza y atreverme. A que?, a lo que me proponga de ahora en mas, todo lo que surja del deseo o el sueño... tener en cuenta que soy un ser infinito que tiene todas las posibilidades en la mano y juego con el universo a mi favor para que lo que desee lo haga realidad.
Salgo un poco de este mundo propio que estoy sintiendo aca sentada junto a la ventana, percibiendo tonalidades de agua y una delgada linea, que dibuja al horizonte alla a lo lejoz... solo espero arribar.
No se que hora es exactamente pero es de noche y ya con una ducha y en piyama, estoy lista para relatar lo que fue mi primer dia en esta tierra uruguaya; muy muy hermosa.



Colonia te transmite esa sensacion de estar revovinando la historia hacia tiempos remotos de calles adoquinadas listas para ser recorridas a paso lento, dejandote deslumbrar con cada color o estructura de sus antiguas casas, perdiendote en la tranquilidad de laberinticas calles, donde la paz se aloja en cada particula de aire....
La gente es especial, amable, te ayudan, sobra la confianza y el respeto, y tambien hay limpieza en cada rincon de la ciudad.

Alquile una bicicleta por 3 hs y sali a recorrer las calles, sin rumbo; en silencio y emocionadisima de lo que estaba viviendo. Hice ciertas paradas para sacar fotos, y para continuar, a orillas del rio cerca de la vieja estacion abandonada, tome mates en silencio y tranquila... casi sin ruidos, solo de viento y agua, (en un lugar propicio para meditar), descanze.
Ya anocheciendo devolvi la bicicleta y compre algo para cenar. Fueron tres sanguches de pan lactal que se disfrutaron rapido, porque a las 21 hs tenia que irme a un centro cultural (Bestion del Carmen) donde sabia que algo increible me esperaba. Un grupo de gospel con dejos de opera, acompañados de 3 musicos de candombe, que interactuaban con la expresion corporal y de fondo una proyeccion de imagenes, todo me dejo deslumbrada y feliz por no arrepentirme de haber ido...

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