lunes, 26 de julio de 2010

Crónica de una noche Flamenca

Si digo SANGRE, me refiero a la música gitana y todo lo que ésta trae consigo. Claro, es el "flamenco", ese abanico de potencias puramente artísticas donde se despliega la pasión que uno lleva adentro y se inflama cada vez que se oye sonar ese maravilloso e inigualable guitarreo español. ¡Como se incendia esa bendita guitarra!
Todo ocurre de la mejor manera, al compas de unas palmas, golpeando el suelo con decisión, mostrando la dureza de esos tacos que febriles danzan, y los toques de percusion de ese desquiciado cajón que acompaña festivamente el movimiento. En escena, mujeres con fervor Andaluz; vestidos de lunares ceñidos al cuerpo y bolados por doquier que se mueven de un lado para otro, y sus brazos que con rigurosos movimientos enfatizan el bailoteo y lo hacen brillar... y luego en escena, también ingresan los desafiantes bailaores que con el pecho en alto dejan el alma por amor a esta danza. Cuanto movimiento! De que manera arde el fuego sobre el tablao!. Las luces bajan repentinamente, se despliegan montones de abanicos, y los cantaores comienzan a entonar sus voces desgarradas que te atraviesan de manera extraordinaria el alma. Cuanto poder de traspaso que tienen, toda su copla con esos quejios del corazón se quedan grabados en mí por siempre... La emoción me invade, pues me llevo impregnado un magnífico show, aquellas penetrantes coplas, un baile pasional y un ole!

Manifiesto a la vida


Liberar la vida es liberar la alegría, es liberar la energía vital.
Es liberar la humanidad o sea nuestra esencia de seres humanos.

Liberar la vida es liberar la luz que nos ayuda a ver las cosas con claridad y a no perdernos ni alejarnos de nuestro camino.
Liberar la vida es liberar esta vibración sutil, que nos hace saborear y disfrutar plenamente de nuestros actos y de nuestros sentidos.

Liberar la vida es liberarnos de nuestro intelecto omnipresente que nos hace ver las cosas desde su punto de vista lógico, cuadrado, dogmático y sin fantasía.

Liberar la vida es liberar nuestro corazón de tantas mordazas intelectual-social-religiosas que llevamos desde nuestra más tierna infancia, y que no nos permiten acceder a su sabiduría pura y ancestral, innata, que va más allá de los conociemientos y aprendizajes culturales o intelectuales.

VIVA LA VIDA
VIVA EL PERICARDIO LIBRE
(BIOENERGÉTICA CELULAR)

(fuente: http://www.vivalavida.org)

domingo, 25 de julio de 2010

Planet Caravan



Navegamos por cielos infinitos.
Las estrellas brillan como ojos.
La noche oscura suspira.
La luna en sueños de plata cae en haces de luz.
La luz de la noche.
La Tierra, un resplandor púrpura de neblina azul zafiro siempre en órbita.
Mientras, bajo los árboles bañados en brisa fresca, la luz plateada de las estrellas domina la noche.
Y así pasamos por el ojo carmesí del gran dios Marte mientras viajamos por el universo.

viernes, 23 de julio de 2010

Colores que llenan mi alma de luz

El ocaso de hace unos minutos atras...

"A que le llaman distancia"

A qué le llaman distancia,
eso me habrán de explicar,
sólo están lejos las cosas
que no sabemos mirar.

Los caminos son caminos
en la tierra y nada más,
las leguas desaparecen
si el alma empieza a aletear.

Hondo sentir, rumbo fijo,
corazón y claridad.
Si el mundo está dentro de uno
afuera, por qué mirar.

Qué cosas tiene la vida,
misteriosas por demás,
uno está donde uno quiere,
muchas veces sin pensar.

Si los caminos son leguas
en la tierra y nada más
a qué le llaman distancia,
eso me habrán de explicar.

(Don Atahualpa)

1º paso a la adultez

¿Cómo se siente un trapecista que suelta la barra?
Así nos sentimos a veces, cuando terminamos un ciclo de nuestra vida, pero aún no nos hemos incorporado al siguiente. En el aire, entre el miedo y la confianza, entre el duelo y la esperanza. Al igual que un trapecista, el joven, en medio de un vigoroso movimiento, debe soltar la seguridad de la barra que significa la infancia y tratar de afirmarse en la adultez, y depende durante un expectante intervalo de la relación entre el pasado y el futuro y de la confiabilidad de aquellos de quienes debe desprenderse y de quienes lo recibirán.

(E.Erikson)

jueves, 22 de julio de 2010

La ausencia, una joya poco conocida del cine de arte

Titulo Original: "L´absence" en Frances o "La ausencia" en Español.
Año: 1993
Sinopsis:

Cuatro personas, un viejo, una joven, un soldado y un jugador caminan por una topografia fantástica a traves del tiempo y de los continentes. De género inclasificable, a caballo entre lo surrealista, lo misterioso, lo poético, lo fantástico y lo espiritual, los cuatro viajeros tratan de llegar a un lugar que supuestamente existe, pero que tal vez está en el interior de cada uno...

Frases de la película:

(...) Nadie anda con el paso de uno que tiene tiempo. Pobre tierra, festina lente. Si tienes prisa, apresúrate de un modo sosegado. Debería darnos vergüenza, es domingo y ninguno de nosotros se ve en la calma del domingo. Silencio significa solo esto. Ahora mismo el mounstro dormita. De un momento a otro va a estallar de nuevo el tumulto. Hasta tal punto, que el canto de los grillos, de noche, lo confundo con el espesor con que regáis el césped. Los que hacen ruido!, los blasfemos de hoy! Condenados. Que irreal es todo esto. Estamos condenados a la irrealidad. A eso nos vemos reducidos en este mundo.


(...) Viejo peregrino hacia el vacío, mi vida contigo fue pensar contigo. La comunión ha llegado a tal perfección, que no me moveré de este cuarto, en el que andarás. La maleza confortara vuestro corazón. El silencio purificara vuestros pensamientos. Siempre llegareis a alguna parte, y a ninguna en definitiva. Pero un día, estaré allí, pues conozco tu camino, y celebraremos tu llegada.


(...) Más por viejo que sea, aun puedo decir: siento añoranza por partir, por echar a andar. Tal vez todavía hay lugares, no en el sur, no en el oeste. Lugares donde alguna vez hubo algo, y ahora ya no hay nada. Ni siquiera ruinas, ni siquiera un pequeño fragmento de algo. Ni siquiera una extraña coloración en la tierra, que solo se ve desde el avión. Aquellos lugares vacíos, lejos de nosotros los que estamos aquí. A los que solo se llegaba con fatiga, aburrimiento, privaciones y peligros… esto es lo que estoy viendo ahora. Estoy viendo una tierra, una tierra nueva. En la que tiene lugar una purificación general.


(...) Creo que me he perdido. Mi mujer tiene razón cuando dice: “a principio siempre por regla general te pierdes. Perderte una vez al día es lo tuyo”.

(...) En el agua, nadando, todo parece estar mas cerca. Sin el agua, mi cabeza estallaría. Si no fuera por el agua, creo que te mataría. Quedémosnos un rato más...
- No, sigamos… no es aquí. En mi vida siempre que llegaba a uno de estos lugares ideales, he sabido una cosa… aquí no te puedes quedar. Para mi tendría algo de inquietante. En lugar de decir, volvete atrás, se acerca el reino de los cielos; me decía a mí mismo. Sigue, se acerca el reino de la muerte. Adelante, vámonos.

(...) No te adoraba sin más, cuando estabas en el púlpito del paraninfo. Te deseaba. Algo me atraía, me impelía hacia ti. Quería traspasar tu bata gris de hospital. Tu cuerpo, en su abandono, me excitaba. Estaba seguro de que si llegaba a fundirme contigo, sentiría el mismo ardor en tu interior. Solo ardor. Si, sentir tu cuerpo, el tuyo, el de una loca, el cuerpo de los cuerpos. La lasciva demencia de tu postura. Las piernas separadas, una mano en la cadera, me llevaban a ti. Y por un momento, como si notaras lo que ocurría, me miraste. Pero te fuiste, obligándome a buscarte. Pero no se buscar. Soy jugador y no se buscar. Solo me emociono si lo tengo cerca. Estas loca como antes. No te asustan tus desvaríos, te enloquecen. Siempre que te recogían, ibas desnuda bajo el vestido. Una vez vi a una ninfa. Desnuda. Esculpida en el mármol más blanco. Y por la grieta de sus nalgas, desparecía estando ella erguida, una veta roja.


(...) Hay que intentar que el día que llega sea mejor que el día que se fue. Mientras estemos en camino… Escuchad...Escuchad...Escuchad...Escuchad…Venga! Adelante! Sigamos! Y vasta ya de ir en coche. Andar, solo andar. Hay que andar. Llegar, solo he llegado andando. Nunca en coche. Andar. Golpear la tierra con la suela de los zapatos. Regular los latidos del corazón. Limpiarse los ojos. Nunca me he apropiado de un mundo moviéndome sobre ruedas. Solo yendo a pié. Y andando, andando, andando; vienen a mi encuentro las cosas del mundo. Acontecían, se narraban. Y esto era la historia, el modelo. La meta. Andando, andando, andando. Así ha bajado la luz del padre cielo. Airear la tierra andando. Hacer que lo azul azulee, que el verde verdezca, que el marrón luzca, que el gris florezca. Si! Andar para mí ha sido hacerlo todo. El andar me ha hecho. Andar, andar, andar. Andar en paz.


(...) Esta piedra Romana que esta aquí, es el mojón, la ultima cena. El dios del sol, el invicto. Después de esta, ya no hay ninguna señal en todo el país. El que entre en el, va a depender de toda su propia fe. En este estado de abandono, aquí, desde esta piedra hasta el horizonte, cada uno de nosotros, solo podrá afirmarse a sí mismo, sacando de sí mismo su propia esfera. De este modo, ahora, en este gran estado de abandono, nuestro estar en camino, será un peregrinar hacia la esfera de cada uno. Con esta meta: encontrar en uno mismo, haciéndolo salir de uno mismo, lo que esta esfera es. Y encontrar si existe tal esfera… sea lo que fuere, adelante. Pongámonos en camino. Entremos en el país.


(...) Existencias del ruido. Ultimaba el valor. Los peores valores que existen. Los que exterminan el ultimo silencio de la tierra. Desvergonzadamente repentinos. ¡Bestias! Está ya en todas partes. Desaparece de mi tierra. Soberanos del tiempo y de la bronca. El silencio ya no existe. El pensamiento divino ya no existe. Las últimas burbujas de silencio, las pocas que quedan, habrán estallado cuando termine este siglo. Desde ahora, incluso aquí, el país de mi corazón, tendrá que estar en el exilio. Esta bien así. Exiliado en todas partes. Adelante, sigamos.

(...) ¿Por qué cantas? – quizás por miedo, por hastío.
¿Para que cantas ahora? – para probarme que tengo tiempo.
¿Por qué cantas ahora? – para reconciliarme conmigo mismo.

(...) Hoy he pasado el día entre los cuadros de mi padre. Te añoro, padre. Como a aquel que desdeña mi dolor y es todo mesura. Como una mano en mi cabeza en sueños. Como un olor. De tanto añorarte me volveré ciego. Esgrimiré un cuchillo, gritaré: padre!, aparece!


(...) El silencio, yo vi. En silencio, estoy aquí. El silencio, yo soy. Hacia el silencio, solo silencio. Donde estas silencio. Silencio. Siempre fuiste bueno conmigo, silencio. Contigo, podía siempre ser niño, silencio. Vine al mundo solo por ti, silencio. Me hice oír solo en ti, silencio. Solo me deje instruir por ti, silencio. Veo a los hombres como hombres, solo por ti, silencio. Pero no es verdad también que el silencio me ha hecho arrogante, irritable, impaciente. Estoy abierto todavía al silencio. Vuelve a ser lo que fuiste para mí, silencio. Abrázame, silencio. Cógeme por debajo de los hombros, silencio. Mándame a callar, silencio. Hazme receptivo, silencio. Receptivo, nada más… silencio. Te estoy llamando a gritos, silencio. Por encima de todo tú, silencio. Silencio. Tu eres la fuente de las imágenes, silencio. La gran imagen… silencio. Madre de la fantasía.


(...) Pero nosotros, nunca hemos aprendido a buscar. Esperar, buscar…solo son palabras para nosotros.
¿Qué buscas aquí? ¿Qué esperas?... Pero seguiremos buscando. Quizás el anciano nos engañe y se engañe a si mismo, al huir de la historia y al tomar el camino de la geografía, en vez de ser el cronista del jardín de esta estación. Quizás ya no exista dirección en el mundo. ¿A dónde ir? ¿Adonde? Sigamos la última dirección. ¡Busquemos!

(...) Los despreciables no son quienes nunca soñaron, sino quienes renunciaron a su sueño. Quienes lo denunciaron y siguen denunciándolo día a día. La infidelidad actual, ¿queremos ser parte de ella? Vamos, en marcha. Además, todos tenemos tiempo. Dejemos decir a los que nos miran buscar: “fíjate, estos tienen tiempo”. En marcha, vayamos a buscar.

(...) Quien era el para mí? ¿Quién era? ¿me ayudo alguna vez? Nunca. Creía explorar caminos para ambos, pero solo caminaba para el. Cuando me pedía unirme a el, el camino era tan estrecho o tan frecuentado que debía andar tras el. Y el viento, siempre en contra. Y la lluvia, tanta.

(...) Siempre se perdía. Era la llaga abierta de mi dolor. No es posible ni es real vivir en el silencio. Volvía de sus peregrinaciones cada vez más solitario, cerrado, inaccesible. Y yo convertía el silencio en angustia. El lo aprovechaba para encerrarse en su orgullo. El deseaba orgullosas y silenciosas aventuras, yo deseaba con fervor ruidosas aventuras. Iba a respirar la ausencia en los confines de Europa. La gente se burlaba de el. ¡Cuánto me hubiera gustado burlarme!

(...) Se equivoco con tanto andar. Ya no hay bellas marchas, perdió la apuesta. Aunque su juego no fuera falso, ya no valía en esta época. ¿Pero quien sabe? Estaba entusiasmado, eso si, ¿pero con que? Con nada. Encima era su ideal. Extraño esposo. Extraño individuo. Al volver de sus fugas, de sus ausencias, esperaba un reconocimiento por mi parte. Reconocimiento, alegría, ¡aun más amor!

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martes, 13 de julio de 2010

Oportunidades desaprovechadas

Conocer a un otro implica estar preparada para el encuentro, las miradas, la seducción; y luego esperar el fluir de la conversación y por fín ver a que lleva dicha charla. Puede que resulte interesante a primera vista y luego provenga la decepción, o no. Se infla ese globo que engrosa mi cabeza y que imaginariamente dibuja signos de amor, ante ese desconocido ser amado que se cruza cual dios del olimpo delante de mi frágil presencia de transeúnte... O bien tragicamente suele sucederme que dejo pasar la ocasión, y ese chico que pensaba que era mi futuro compañero de aventuras, en el que en un segundo ví a traves de sus ojos como el futuro padre de mis hijos, y me dí cuenta por sus movimientos torpes, que sería el payaso con el cual me gustaría dormir por el resto de mi vida, se desvanece por circustancias de mi propio accionar que me llevan a constantemente perder la oportunidad.

Explosión en el cielo



"Creo que si miráramos siempre al cielo, acabaríamos por tener alas".

(G. Bécquer)

lunes, 12 de julio de 2010

Una conexión poderosa


Mínimo fragmento de la creación divina.
El mismo misterio que sustenta el universo,
se encuentra en el centro de nuestro Yo esencial.
Todopoderosa energía.
No se la puede conocer, pero sí sentir.
... Somos canales de energía.

Om Namah Shivaya

Tiempos para abrir nuevos canales.




La energía de Shiva es la que destruye la naturaleza inferior del individuo, dando lugar a un crecimiento positivo.







Tiempos para meditación....

jueves, 8 de julio de 2010

Soñe otro mundo



"Soñe un callejon grito libertad...


Soñe una salida que no suena a huida"



(Soñe otro mundo, soñe conseguirlo)

(Lo consegui soñando.
...Soñe al despertar)

Mi casa onírica


No se si se puede, pero siento que los quiero mucho mucho.

miércoles, 7 de julio de 2010

..."Con la nariz soy un payaso aunque no pueda serlo"...


Todos tenemos un clown interior que puede desarrollarse. A través de la nariz roja puedes entrar en otro mundo, o más bien en otra manera de ver el mundo, con ojos más inocentes pero también más abiertos, con una emocionalidad menos controlada y más sincera, con el alma de un niño.

domingo, 4 de julio de 2010

Nostalgias

Era un universo de materias indistintas, de sonidos, de inmensidades, de lenguajes confusos, de horas que transcurrían como si las cinco hubieran sido las dos y el alba el crepúsculo. Hurgábamos en los latidos de aquellos lugares, nuestros testigos, y estábamos saturados de deseos irrealizables, nos hundíamos en el desorden y la inútil tentativa de comprender cómo eramos nosotros, ellos, nosotros, detrás de las esforzadas apariencias, cansados, faltos de sueño - noches albas y días de humo y de tragos largos-, imágenes fijas, bustos fosforecentes en la galería del tiempo, faltos de palabras y gestos; simples y dispersos, inconscientes de nuestros destinos. Llenábamos los silencios de palabras fantasiosas y la voz penetraba en el alma y descubríamos nuevas maneras de amar, de callar, de jugar...

(Fragmento extraído de "La esponja" de M. Milella, y recuerdos de la sierra)