miércoles, 11 de noviembre de 2009

Historias de patio

Mi casa es aveces una nave espacial y en el patio trasero de mi casa, habita un lugar en el cuál me contento como niña en mis momentos de esparcimiento artistico-mental, donde allí, puedo descubrir cosas siempre nuevas. Este lugar tiene depositados en su suelo restos fósiles de animales mitológicos de otras eras hasta ahora nunca antes descubiertos. Todas las flores se me aparecen hologramadas y el cielo ya no es más cielo sino una paleta de pintor excéntrico y arrogante. Pinturas rupéstres y jeroglificos indígenas que datan de 500 años de historia en mis canteros y a los árboles cercanos una delgada capa de nieve intenta cubrirlos bajo cruel amenaza.
También existen jefes de tribus indias que se esconden por entre las ramas del viejo limonero, (incondicional amor de mi abuelo), que en aquel momento de la plantación yo aún era un impulso energético-sexual de mis padres.
Resulta que también de la sombra de otra rama vecina se asoma una simpatica señora paseando a un bebé, y si los ojos se acercan con profundidad en el carro, ese dormilón y gordo bebé del que hablo soy yo... pués ha pasado tanto tiempo del día en que mi abuelo y mis padres trabajaban cada uno en lo suyo para que esa semilla depositada dé su esperado fruto.


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