
La tormenta anunció que esta por llegar. El cielo tiene una oscuridad que realmente es de temer. Los sonidos que emana la tempestad se asentuan cada vez más en mis oídos y crean una antigua composición barroca que me maravilla sentir. Explosiones luminosas en un manto teñido de negro y azul, un gran temblor sin procedencia alguna que me moviliza el corazón y la emperatriz de piedra que sigilosa vigila desde la altura mi presencia. La gente apresurada huye, y yo acá me encuentro, silenciosa gárgola que aguarda el momento placentero en que un poderoso rayo caiga por sobre la ciudad y la rompa en mil pedazos, mientras que un buho blanco se va volando culminando mi redención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario