Subi al cielo

Hoy mi fiel compañia fueron los tambores. Hoy subí hasta el cielo tocando sin parar, mezclando ritmos, soltando mis manos, dejandome llevar... Hoy convertí mis tambores en algo verdaderamente excepcional, como si antiguos dioses me hubieran tomado el cuerpo haciendome vibrar con cada sonido. Y atraves de ellos pude olvidarme del tiempo-espacio y flotar en un todo, que fue infinito. Comandado por la traicionera risa del gato que en el cielo se divertia y me oía. Mi imaginación y el amor hacia esta cultura del tambor, supo llevarme más alla de todo...


"Si uno explora en el lenguaje de los tambores, más allá de estilos y tradiciones puede descubrir su propio folklore (costumbres de vida, saber, infancia, juventud, presente, etc). La autenticidad de cualquier música étnica se origina, en que no hay distancia entre lo que se vive, y lo que se toca.” (Fabián Tejada, percusionista)