sábado, 4 de septiembre de 2010

En el mes de la esperada primavera...



No Juzgues…
Donde habitas no es más
que un mínimo rincón de la tierra.
Hasta donde tus ojos llegan
Alcanzan tan poco…
A lo poco que oyes
Añades tu propia voz.
Mantienes bien y mal, blanco y negro,
Cuidadosamente separados.
En vano trazas una línea
Para establecer un límite.

Si hay una melodía escondida en tu interior,
Despiértala cuando recorras el camino.
En la canción no hay argumento,
Ni llamada al trabajo…
A quien le agrade responderá,
A quien les agrade no pasará impasible.
¿Qué importa que unos hombres sean buenos
Y otros no lo sean?
Son viajeros del mismo camino.

No juzgues,
¡Ay!, el tiempo vuela
Y todo debate es inútil.
Mira, las flores florecen en el borde del bosque,
Trayendo un mensaje del cielo,
Porque es un amigo de la tierra.
En las lluvias de julio
La yerba inunda la tierra de verde,
Y llena su copa hasta el borde.
Olvidando la identidad,
Llena tu corazón de sencilla alegría.
Viajero,
Disperso libremente a lo largo del camino,
El tesoro se reúne a medida que caminas.

(Juicio, por Tagore)

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