viernes, 9 de abril de 2010

La felicidad no es cosa material


Hoy fue una terapia de esas que entran en la lista de muy buenas y que me dejan en estado de alegría, como si estuviese cubierta por una capa de energía que me protege durante el resto del dia y las proximas 24 hs. Y al cruzar la puerta al llegar el final de la sesión, exhalo de manera abrupta para que en mi espíritu no quede ningún rastro de pesadumbre o aflicción y salgo; y dejo de habitarme por un rato para así conectarme con las miles de personas que caminan y pasan cerca mío. Veo sus rostros con atención, descifro sus posturas y sentimientos, y me rio. Con mi andar, la sonrisa se me agranda más. Me abrazo internamente, si... vuelvo a mí... todos mis puntos energéticos sienten que estan encendidos y así emprendo mi regreso. No camino sino que con cada paso, salto o me deslizo en veredas de sal, pués caminar con la típica marcha habitual, sería algo sumamente rígido para llevarlo a cabo en ese momento, y de tal forma rompería mi bienestar.
Comienza a caer el sol, y en el mejor momento del día, estoy parada, un poco inquieta jugando conmigo para los demas, esperando en mis sentidas estaciones de trenes, donde la obra de arte que regala el cielo y la sonoridad que avisa a lo lejos que esta llegando el vagón, me cubren de completa ventura... Y que son, pequeños momentos de cualquier día que hacen al espíritu vibrar.

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