martes, 16 de febrero de 2010

Diario de viaje a las sierras

Cap 1 : "Boletos en mano y llegada"



Despues de haber estado durante Enero en dos trabajos, una cafeteria que renuncie en 15 dias y el otro trabajo de delivery que ya no esta mas..., pero que me han servido para poder llevar a cabo mi deseo de salir unos dias de la capital para ver un poco mas alla de esta salvaje ciudad... Si, la vida y mis ganas de "descubrir" un lugar nuevo me han regalado la dicha de poder llevarlo a cabo. Por eso hay que desear mucho y de corazon para que se cumpla nuestro deseo... y lo digo sorprendida porque hasta entonces no tenia trabajo mucho menos esperanzas de poder viajar... Y aca estoy, contando una nueva experiencia de viaje. Diferente por cierto a otras veces, ya que esta, me tenia preparado una nueva orbita donde despues de haber descubierto una nueva vision de ver la vida en Mendoza, o despues de haber viajado sola a Uruguay para conocerme mas, este viaje me dispuso a compartir un nuevo ambito, el de viajar en pareja.


Es entonces que con muy poco dinero $400 exactos, pude abandonar la ciudad y tomar el tren en Constitucion ($34 turista) y nos fuimos Alex y yo a las sierras, mas precisamente a "Sierra de la Ventana" a unos 550 km de capital federal. (Zona serrana en la provincia de BsAs).
El viaje en tren fue muy bueno, claro, nos invadia la emocion de por fin llegar a destino.
Una vez que abordamos nos llevamos una baja impresion del lugar ya que a primera vista se veian muchas camionetas importadas, gente con un poder economico elevado, un lugar muy religioso por cierto, chicos con remeras con inscripciones tales como jesus es vida..., y la gente que no respondia a lo que nosotros queriamos: un buen recibimiento, o un lindo saludo cordial.


Caminamos bastante cargados ya que se nos habia ocurrido la idea de llevar comida (bastante) en nuestras mochilas y nuestra columna vertebral necesitaba parar de vez en cuando para volver a sentirse sobre su eje. Buscamos un camping donde instalarnos y los primeros que aparecieron estaban llenos de gente, cosa que no nos ilusionaba mucho, ya que necesitabamos un lugar tranquilo donde al salir de la carpa no nos choquemos con algun otro vecino a una distancia de apenas centimetros... derecho de espacio propio! comodidad! paz! eso llevaba impreso nuestra bandera. Hasta que aparecio el lugar que esperabamos... un camping muy extenso "Sierra Ventura", con poca gente, sonidos de naturaleza, familias tranquilas y unidas, y unas personas, padre e hijo dueños del lugar, que nos recibieron muy afectuosamente... era como sentirse en casa.
Fueron dos primeras noches que pasamos en Sierra de la Ventana, recorriendo sus rios con poca agua debido a la sequia, subiendo al cerro del amor y practicando alla arriba un poco de tai-chi y meditacion, caminando por sus calles y observando su gente para asi sacar nuetras conclusiones... y paso que el lugar aun no nos colmaba de lleno las espectativas, estabamos cerrados a la primera impresion que nos dio y no quisimos abrirnos...


Cap 2: "Conociendo un pueblo tranquilo"


...Por eso decidimos levantar campamento e irnos hacia otra localidad cercana a Sierra, un pueblo remoto a unos 9 km llamado "Saldungaray". Que impresion nos llevamos! un camping agreste pero muy familiar. Bajamos de la combi que nos salio unos 12$, y nos recibio un hombre de aspecto extraño, parecia extraido de algun cuento de Allan Poe, con decirles que sus pocos dientes de filo estaban llenos de sangre y portaba un jardinero con aspecto de trabajador rural, lo cual solo le faltaba un hacha en la mano, para que nuestra imaginacion vuele... mientras que las blancas gallinas correteaban dentro del panorama que teniamos ante nuestros ojos asombrados.
Elejimos donde estaria ubicada nuestra carpa (debajo de un viejo pino y mirando al cerro).


Desayunamos, armamos todo, lo que al final de esto ya era mediodia, y desidimos ir al centro del pueblo a comprar algunas verduras para cocinar un rico guiso de arroz. Alex fue el chef y yo ordenaba o descanzaba, cosa que genero muchos conflictos durante todo el viaje. Habian pasado unas 3 hs y el arroz no se cocinaba en la leña, entonces comimos un arroz un poco duro pero con una rica salsa que hizo al almuerzo un poco mas digerible. Nos bañamos, y nos tiramos a dormir la siesta bajo la sombra de un arbol. Luego mas a la tarde, despues de otra pelea entre nosotros, salimos a caminar sin rumbo para tratar de solucionar las cosas. Siempre acompañados de nuestro inseparable amigo y compañero mate al que llamamos "yimi", bajamos a una cuenca de rio, tomamos fotos, nos creamos una historia de unos caminos, y subimos hacia un lugar donde no habia gente, un campo con siembra de tigro (aunque no recuerdo con presicion que se cultivaba) y nos quedamos en silencio, meditando y de telon la caida de la tarde. Alex me transmitio mucha energia atraves de su respiracion, tanta que me hizo emocionar.

Esa tarde-noche llore, estabamos tristes, no nos entendiamos, pero despues de una hermosa pero emotiva charla sentados en el margen del rio, volvimos a sentirnos y a estar bien entre nosotros. Luego necesitabamos canalizar tanta emocion con algo dulce y compramos unos helados en el unico almacen abierto del pueblo. La luna de esa noche era inmensa y tenia fuego. Consternados ante semejante belleza, saludamos a una lugareña y le indicamos con el dedo que mire semejante expresion de la tierra, y con una simpatica sonrisa nos dice que en "Saldungaray" es habitual encontrarse con lunas como ellas. Esto derivo a que nos pongamos a hablar con esta mujer. Nos conto la historia de su vida, parados en las calles de tierra, mientras que los helados se consumian solos... Era un alma abatida por la soledad...

Y despues de despedirnos cariñosamente de ella, seguimos nuestro camino hacia nuestro habitad. Llegamos y vimos todo el lugar como un cuento. Lamparas de todos los colores al estilo kermese, las casas rodantes ubicadas sin querer casi en forma de ronda y las familias cenando, estaban todos felices... Y nosotros, que culminamos la noche de manera ancestral...


Ya al otro dia planeamos irnos a otro lugar, ya que nos gusta esto de movernos de aqui para alla.
Desarmamos todo y nos despedimos de los dueños del camping. La patrulla del pueblo rondaba por ahi y nos dijieron que la combi que esperabamos, hacía una hora que se habia ido. Pero igual se ofrecieron a llevarnos al lugar de donde salia para confirmar la hora de la proxima salida. Que experiencia poco gustosa viajar en un coche de policia! aunque hubo buena predisposicion de parte de ellos. La proxima combi saldria a las 17 hs, por lo que eran las 11 de la mañana y teniamos unas largas horas para ver que haciamos. La mujer que limpiaba los baños del camping se nos acerca a hablar, y nos conto la historia de su vida. Otra de las que les apasiona hablar, o que al menos necesitaba descargar. Una historia pasional de lazos con su ex marido y lo que los rumores de un pueblo chico pueden crear. Un capitulo que mereceria ser contado en alguna novela pero que nuestra nueva amiga Norma, nos estaba entregando. Y entre charlas el tiempo paso ligero... es tan lindo escuchar historias de vida de gente de pueblo, eso es tan gratificante en los viajes. Prestar tu oido, mostrar tu lado de vida diferente, utilizar un poco de psicologia, nutre al espiritu. Y nos quedamos con la mejor sensacion de la sencilles de la gente de Saldungaray.
A todo esto el calor casi no se soportaba, por lo que decidimos almorzar en la sombra unas latas que aun teniamos y nos fabricamos unos panes de atun con pate y cebolla, acompañados de una cerveza helada para el sufrido calor y unas papas de acompañamiento. Despues de entonar una bomba en nuestros estomagos, necesitabamos un refresco. Y dejamos nuestras mochilas bajo un arbol con plena confianza (cosa que parece irreal pero que sucede en otros lugares) y nos fuimos al rio para bañarnos. Habia jugando unos chicos que se desprendian de sus ropas dispuestos a zambullirse en esas aguas un poco turbias. Nosotros aun no teniamos el valor, hasta que uno del grupo, el mas valiente, se arrojo y lo siguieron todos. Y nosotros llegamos a donde estaban, teniamos aun un poco de miedo, pero queriamos vencer esa barrera que nos impedia disfrutar, entonces mi amor corrio y se tiro sin pensarlo, y luego despues de tanto miedo fui yo. Que gratificante se sintio!
El tiempo entonces paso sin dificultad, y llego la hora de partir, pero pensando en regresar dos dias antes de volver a nuestras casas, para estar en la fiesta de los carnavales del pueblo que nos comento nuestra amiga Norma. Y un picnic (que asi lo llamaban) una especie de peña, o baile que duraba dos dias en nuestro camping, cosa que siempre quise vivir, y que me entusiasmo mucho por lo que le prometimos volver.


Cap 3: "Un lugar para no volver"

Y tomamos la ruta directo a Torquinst, con paisajes hermosos. Llegada la interseccion entre dos destinos, nos bajamos y empezamos a caminar, fueron 4 kilometros en medio del campo desierto, hicimos dedo pero los pocos vehiculos que pasaban no paraban, entonces la marcha se hizo bastante dura por el peso de las mochilas. Hasta que llegamos hacia el balneario parque norte, en medio de la nada, pero esperanzados de encontrarnos con un lindo lugar. Cosa que yo, apenas puse un pie en el predio, me quise ir. Gente, muchisima gente, familias, colonias de chicos, y un ambiente revalsado. Armamos la carpa y él se fue a nadar cosa que queria hacer desde hace mucho y yo me quede comiendo unos cuadritos de cereal con mermelada de frutilla (unica cosa dulce que nos quedaba para matar el hambre). Yo estaba de mal humor, no queria estar ahi. Luego era de noche y supimos sacar provecho del tiempo preparando la cena, cosa que debiamos hacerlo a modo de ritual ya que estabamos mal comidos y necesitabamos energia y proteinas para seguir. Entonces Alex se encargo de preparar el fuego para hacer un salteado de fideos organicos, mientras que yo me encargaba de cortar la verdura y poner la mesa. Por suerte la comida fue un exito! Un manjar para paladares reos, se difruto rapido... la necesitabamos tanto...
La noche ya estaba en silencio, casi todos dormian y yo de postre me fui a elevar consciencia por el lugar. Sola. Como protagonista de un cuento, en el que por momentos tuve miedo en la oscuridad, entonces volvi a la carpa a dormir para que se aleje la paranoia.
Nos despertamos con el cielo encapotado, de un color negro espeluznante, hasta que empezaron a caer las primeras gotas gruesas, que la tierra sedienta por la sequia, se tragaba sin parar. La gente alarmada corria trasladando sus cosas, haciendo canaletas alrededor de la carpa, o llendo al refugio-almacen donde ahi los cubriria la lluvia. Nos quedamos en nuestro hogar de tela, escuchando musica y prendiendo un porro hasta ver la lluvia cesar. Se filtro un poco de agua pero casi nada que nos haya podido alarmar. Una vez que la tormenta se despidio nos fuimos a caminar cansados de tanto encierro y perdidos por alli, descubrimos un lugar que invito a la fantasia. Un lugar extraido de un cuento de misterio: entre arboles bajos, troncos secos, paredes de arcilla, delgada laguna, verde todavia humedo de la lluvia, mucho barro, un tabano que me persigio sin parar, durante una larga corrida escapando de el, unas mariposas blancas que me recibieron de manera angelical y un tronco gigante que nos transmitio las mas lindas energias atraves de su corteza . Y nosotros... Luego nos tiramos al dique, nadamos, nos distanciamos una vez mas, pero nos arreglamos de nuevo, y nos fuimos a levantar nuestras pertenencias ya que nos queriamos ir de ese lugar al que no recomendariamos.
De ahi nos fuimos al pueblo de Torquinst, paramos en la terminal, eran aproximadamente las 15 hs y la combi salia a las 18:30. Dejamos las mochilas en la terminal, que el dueño nos afrecio lugar hasta que sea la hora, entonces fuimos al centro del pueblo a buscar un lugar para comer, ya que no habiamos probado bocado desde hacia mucho. Y llegamos a la hora de la siesta... Nada abierto, un lugar fantasma... caminamos, unas señoras osadas que rompieron la sagrada siesta nos indicaron un posible lugar abierto para comer, y alli fuimos de prisa. Era un restaurant que casi estaba cerrado, pero que al fin pudimos conseguir. Una comida calorica y bomba que disfrutamos en la plaza principal, rodeados de ganzos y patos que nos amenazaban, encerrandonos y gritandonos para que les arrojemos un pedazo de pan.
Y con la panza llena volvimos a la terminal, nos pusimos a leer, y luego a tomar mate, pero el tiempo en ese momento parecia detenido.


Cap 4 : "Sierra, viejo hogar ya conocido"


Ya en la combi rumbo a la conocida Sierra de la ventana, a probar otra vez el gusto de este lugar. En realidad quisimos parar un poco a relajarnos y en el camping de sierra habiamos encontrado la receta para lograr dicho clima, por lo tanto llegamos y los dueños (de los que nos habiamos despedido afectuosamente) nos vuelven a recibir con los brazos abiertos y contentos, al igual que lo estabamos nosotros. El panorama del camping habia cambiado, habia bajado notablemente el numero de carpas a nuestro alrededor, tanto que alla a lo lejoz, estabamos solo nosotros dos. Armamos todo de nuevo, en un lugar diferente al anterior. Peleamos otra vez, y yo decidi ir a caminar sola por las sierras...

Gane tranquilidad y me fui arriba del cerro para pensar y meditar con la caida de la tarde. Hasta que se me paso la hora y nadie quedaba alla arriba y comenze a bajar. La noche caia y por un camino lleno de rocas y pastos secos me cruzo en el camino con un zorrino. Si! los que largan olor de la cola, me sorprendi muchisimo! Claro me recordo a los dibujos animados que veia en mi niñez donde siempre aparecia uno de estos animales que parecen simpaticos, pero corroboro que no lo son, por que me amenazo con un extraño ruido y la cola se le inflo y yo reconozco que me asuste tambien. Despues de seguir caminando en soledad, decidi volver al camping.


Estaba el y el aire seguia tenso, pero pudimos hablar y resolver todo una vez mas. Esa noche nos dimos un gusto y compramos una pizza y un par de empanadas con una cerveza, solos alla a lo lejoz del camping en la oscuridad bajo la luz de la luna. Romantico verdad?
Luego tuvimos un postre que nos dio risas y carcajadas hasta que el cierre de la carpa dio punto final, para culminar el dia.


Cap 5: "inundaciones"

Amanecimos muy temprano y comenzaron a llegar unas carpas mas a nuestro lugar. Vecinos nuevos, que parecen no romper con la armonia del territorio... El cielo comienza a pintarse de gris. Parece que hay pronosticado tormenta. Y despues de un rato comienza a llover. El viento fue demasiado fuerte, nos asusto, parecia que se aproximaba un tornado. La lluvia era torrencial, y por ende la carpa empezo a filtrar y cuando nos alarmamos, el piso ya estaba todo inundado y con el, ropa y mochilas. Dejamos todo adentro y sacamos los documentos y la plata. Agarramos libros para leer mientras que la sudestada pare y el sagrado equipo de mate con "yimi" a la cabeza y nos fuimos al Almacen-refugio del camping, donde nuestros amigos nos dejaron quedarnos apesar de estar empapados de pies a cabeza. A nosotros se sumaron una pareja que tendria unos treinti cuantos años aproximados, que tambien se les habia inundado su carpa. Por lo tanto nos pusimos a jugar a las cartas, mas precisamente al chinchon, que por sorpresa absoluta la ganadora resulte siendo yo por una diferencia abismal... la suerte estaba de mi lado!
Hasta que la tormenta por fin paro y el cielo parecia abrirse, entonces con Alex nos pusimos a lavar absoluta toda la ropa que teniamos, inclusive frasada y bolsa de dormir. Colgamos todo y nos fuimos a buscar nuestro almuerzo. Esta vez fue un sanguche de milanesa con papas fritas, que casi nos descompone, que casi nos mata. Y luego de dormir un siesta, nos fuimos a recorrer un poco mas el lugar, subimos las sierras y nos alejamos de todos. Caminamos en lo alto, y elegimos un lugar para sentarnos y tomar mate. Ahi nos quedamos, ahi hablamos, profundizamos, nos reimos, discutimos. Volviendo, mi cuerpo estaba habitado por una actriz, estaba a su mando y el me sentia por loca. Como si hubiesemos de repente cambiado los roles: el tranquilo y yo euforica. Hasta que despues de un tramo nos volvimos a separar por un rato, luego volvimos juntos al camping, y yo seguia como desconocida en un papel del que no me podia liberar, o quizas si pero que me divertia, en plena obra de mi inconciencia.
... "La dama psicotica en la alta noche habia tomado la frasada junto a su pecho y habia caminado el sendero de las estrellas entre tanta oscuridad tarariando canciones de libertad o melancolia...El asi no la reconocia y temio por ella. Preguntaba el porque de su estado y la misteriosa dama seguia cantando, no estaba alli, pero tampoco en otro lado"...
Y fue en un segundo que todo cambio y cayo de repente al abismo. El me dice que ya casi no nos queda plata, y que no sabe que vamos a hacer para aguantar hasta el martes que salia el proximo tren (siendo que era un miercoles)... Y como si me hubiesen pegado una fuerte cachetada desperte del teatro imaginario en el que me encontraba... no supimos manejar el clima en el que estabamos y la obra se volvio un drama. Esta vez no pudimos dialogar, estabamos verdaderamente mal y yo decido que al siguiente dia nos vamos y se termina todo ahi.
El estuvo de acuerdo y empezamos a armar las mochilas para irnos al dia siguiente. Una vez terminado todo los dos nos vamos, cada uno por su lado a pensar. Yo en la carpa tirada y con mucha angustia por todo lo que habia pasado, sintiendo que mi corazon no queria que todo termine asi, pero tambien me sentia culpable y que ya nada podia remediarlo. Luego llega el en silencio, la carpa tenia una energia de tristeza absoluta... y acostados los dos, sin decirnos alguna palabra nos dimos un abrazo magico, un abrazo donde nos transmitimos millones de particulas de amor atraves de los cuerpos, pensando que seria la ultima noche que estariamos juntos, donde sin decir una sola palabra, nos dijimos todo...


Cap 6: "Un poco de psicodelia no viene mal"

... Otro despertar juntos. Nos levantamos temprano para ir a la estacion a comprar los boletos. Noticias: el proximo tren sale el viernes a la noche, por lo que felizmente nos quedan dos dias mas, ademas de pasar mi cumpleaños en este lugar.
Y poco a poco se fue desvaneciendo la primera impresion que tuvimos de Sierra de la ventana y paso a ser diferente y a encontrarle la belleza por nosotros mismos. Y asi fue, el centro dejo de ser una especie de peatonal de pinamar, para ser algo mas relajado, mirado desde otra perspectiva sensitiva.
Nos quedamos un rato en una plaza, yo tocando un poco de percusion y el... sentado, todavia un poco dolido por todo lo sucedido ayer. Compramos unas frutas que fueron un manjar, y volvimos al camping. Tomamos una pisca de psicodelia para pasar el resto del dia de manera diferente. Nos colgamos hablando con el hijo del dueño del camping "Cristian" un tipaso, que nos conto que era artista, que pintaba y nos pusimos a hablar un poco de arte. Luego tomamos mate con un mix de hierbas medicinales y una pluma de aguila lo que nos proporciono una energia abismal, y seguido a esto plantamos en el territorio unos cuantos carozos para que salgan futuros arboles amigos. Fue un ritual indio en forma de circulo y danza con sahumerios, y pintadas guerreras con barro, para asi proporcionarles energia para que crezcan rapido. Despues nos fuimos a caminar por aquellos senderos de ollas de rios, los pajaros musicalizaron el momento entregandonos a su recital de musica colibrí, las casas tenian una gama de colores gustosos y una en particular portaba un cartel que decia "Utopía". Hablamos sobre la libertad, jugamos un rato, hasta que algo nos tira para abajo. Tristeza: un perro que nos mira pidiendo ayuda y con su pata quebrada. Vamos a buscar a su dueño y le preguntamos a unos chicos inocentes que se divertian en la plaza del pueblo, de quien era el perro, uno de ellos nos indico la casa y fuimos con animos de encarar al dueño que lo tenia en semejante estado de abandono. Resultando que la dueña de dicha casa solo alimentaba al perro, porque el mismo era de una familia cercana que habia salido de viaje...
Despues de este trago amargo, decidimos retornar a nuestro camping... LLegamos y acompañados de unos sabrosos mates, tomo el mando de peluquera y paso a cortarle el pelo a Alex. A pesar de todo quedo bastante bien el corte. Luego sentados nos pusimos a filosofar, mientras que nuestros queridos y fieles acompañantes, el indio Solari, el pelado Cordera y Enrique Bunbury nos cantaban al oido canciones para no olvidar...
Pero llego un momento en que necesitabamos algo y no sabiamos que era eso, hasta que nos vino a la mente ir a tomar un helado. Sin exagerar fueron 45 minutos aproximados que estuvimos en la heladeria decidiendo los gustos que debian ser magicos al paladar. La pequeña empleada muy buena onda nos aguanto de la mejor manera. Yo fui decidida al poco tiempo, cosa que no es habitual en mi, y el, que ya estaba empezando a incomodarme con ese juego de indecicion que le hacia a la pobre empleada. Una vez listos los cuartos de helados, caminamos sin rumbo, y yo para ese entonces me sentia el increible hulk y tenia ganas de morder algo. Un pedazo de telgopol, una pierna, un mordillo, lo que fuere. Llegamos a una especie de anfiteatro abandonado, el empezo a actuar para las ratas que eran el publico y yo luchaba contra mi helado. No lo pude probar, le tenia mucha rabia, quizas por el momento de la eleccion de gustos que estaba acumulado en mis sabores cremosos, por lo que necesitaba descargarme y patie el pote de helado casi entero al infinito. Pero algo mas faltaba... necesitaba destruir su pote tambien, entonces se lo saque y lo patie tanto que el momento de verlo estrellado en el piso fue la gloria. Por suerte el no se enojo porque entendio mi mal viaje, entonces nos fuimos caminando abrazados, hasta que en una calle de tierra sin gente, para un auto viejo al lado nuestro, se bajan los vidrios despacio como en camara lenta y adentro: un negro rastafari con su mujer negra y su hijo afro. Gracias!... Con su mejor sonrisa nos preguntan si sabemos de algun hotel donde parar, y para ese momento como parte de un momento fantastico, me eleve en globo aerostatico hacia el cielo.
Seguimos marcha, nos divertimos mucho durante el tramo, ver en camara lenta a mi amore pisar un inflado sapo muerto, fue una cosa que no se ve muy seguido... Y la historia seguia de noche. Los pastos largos ya no pinchaban, nos acariciaban las piernas... llegamos a casa. El panorama de tranquilidad que habiamos dejado nos atormento. Un grupo de pibes casi al lado nuestro, ocupando e invadiendo nuestro espacio y sintonizando su musica en alto que nos deprimia y que pensabamos que esa melodia tan triste caracterizaba a estas personas. Nos empezamos a sentir mal con su prescencia invasora. Podiamos percibir como con su llegada la energia habia bajado muchisimo. Nosotros debiamos ordenar todo en las mochilas porque el dia siguiente a la tarde ya nos ibamos. Comenzamos con nuestra labor alejandonos hacia el otro lado, e iiritados poniendo nuestra musica salvadora, con cosas alentadoras como cuando la bersuit nos decia: quedate tranquilo todo va a estar bien... Yo por momentos sentia malas vibras cerca de ellos y me iba al baño a mojarme la cara para salir de tal estado, las estrellas eran millones y todas parecian una lampara que alumbraba desde lo alto. Una especie de pantera blanca pasa ligera por aquel rincon oscuro, se pierde entre el negro sin fin, y el frio de la noche me empieza a cubrir por completo. Busco un abrigo y terminamos de guardar las ultimas cosas. Aquellos muchachos invasores salieron y nosotros aprovechando tal oportunidad rodeamos la mitad de nuestra carpa con cuatro sahumerios en forma de circulo para cargar nuevamente de energia positiva nuestro lugar. Funciono... Crean en la fuerza de las energias!... Ya se sentia un clima especial, muy nuestro, y de nuestro espacio empezamos a jugar a decorarlo y al final quedo una imagen digna del surrealismo. Despues necesitamos ir a comprar comida y asi despejarnos, era tarde pero igual conseguimos una rica porcion de alimento... luego llenos y listos para ir a dormir.


Cap 7: "Extraño cumpleaños feliz"

Mañana de cumpleaños, amanezco con gritos, la familia de enfrente que en pleno desarme discutian, se insultaban, se agredian verbalmente. Por lo que abri la carpa y me quede observando todo lo que alli sucedia. Estaba nublado y parecia que iba a llover. Asi amenazo toda la mañana. Nos despertamos, y desayunamos demasiado tranquilos. Una chata y un auto repleto de gente llegan y entre tanto lugar libre se ponen atras nuestro. Eran unas dos o tres familias que al principio me molestaron por elegir justo nuestro lugar pero que despues por su simpleza de barrio y su union, me parecieron muy buena gente. Ya promediando el mediodia yo tenia un malestar enorme, como una acidez estomacal y que yo pensaba a raiz de tanto mate. Fuimos a comprar el almuerzo de cumpleaños, un pollo a la parrilla con ensalada rusa... Mi cholito estuvo por varias horas cocinandolo en el fuego para agasajarme y yo necesitaba dormir por lo que me tire a descanzar hasta que la comida este lista. Estaba rico pero nos llevamos como la impresion de estar comiendo un cadaver a las brasas, lo que no fue muy bueno al final de la comida.
Para la digestion tomamos otra pisca de psicodelia, y nos fuimos a dormir. Despues todo se torno raro. Desarmando la carpa para tener todo listo, entre nosotros no habia comunicacion posible. El parecia enojado... hasta que peleamos una vez mas, esta vez en un momento inoportuno, pero asi sucedio... y nos alejamos por un rato. El se fue a caminar y yo me fui al rincon especial de mis queridos e incondicionales arboles, primero relajada con mi musica sobre el tronco caido y despues descubriendo cosas magicas entre ellos. Hasta que los abraze y cruzando un cercado me fui a caminar sin rumbo por las ollas ya vistadas, atravesando senderos en total silencio de ruidos ajenos. Y camine, camine, me sente en el pasto en compañia de un siempre amigable perro y decido regresar por que ya debiamos emprender el regreso. Estaba el, en medio del camping en una silla con nuestras cosas... ay que imagen triste vi... mi angustia se empezaba a sentir en el pecho, llegaba el momento de irnos y quizas todo lo compartido.
Nos dijimos algo sin sentido como donde estuviste... y de repente estabamos abrazados. Otra vez sintiendo ese abrazo que cura cualquier mal, mis lagrimas caian y el cada vez me abrazaba mas. El tiempo se congelo, y la gente habia desaparecido por ese momento. Como el final de una pelicula de amor, ahi estabamos, sintiendo que apesar de las constantes peleas, siempre algo termina ganando, y eso quizas sea el amor.
Nos despedimos de don Carlos y Cristian, los dueños del lugar, unos grandes personajes que nos llevamos del viaje, quienes siempre nos trataron como parte de su familia, creo que en tan pocos dias se genero una complicidad entre nosotros y ellos por eso nos sentimos tan a gusto y en ese lugar.
...El lugar que nos alojo, que nos recibio y que nos hizo vivir tantas historias y cosas especiales. Experiencias que hoy fortalecen a esta pareja para el comienzo quizas de una relacion como futuros novios viajeros...

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