martes, 19 de enero de 2010

Un retiro al campo


Me tiembla el corazón como me tiemblan
las piernas cuando tu hombría
me acaba por ser una mujer
que goza el goce de tu acto
salvaje de amor.

Aún es temprano en una calurosa mañana de domingo.
Él todavia duerme.
El campo está ameneciendo de a poco
y las chicharras y gallos empiezan a entonar sus primeros
cantos de amor.

Y el reflejo luminoso de una mujer extraña
que permanece en estado de ensueño
a la expectativa de los primeros rayos de sol.
Dedicando estas cuestiones de pasión
al compañero que siempre buscó,
y que espera haber hallado.

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