sábado, 16 de mayo de 2009

Mitología de un pueblo Ártico

"El orígen de las Montañas"

*Cuando el inuit siguió por primera vez al caribú hacia una tierra nueva, encontro la tierra habitada por dos tipos de gente. La pequeña, tan pequeña que cabia en la palma de la mano, era alegre y podia cantar. Por otro lado estaban los temibles tuniqs, que llegaban a tener cuatro o cinco veces el tamaño de un inuit. A estos gigantes les gustaba la guerra y trataban de capturar a los inuit, para cocinarlos y comerlos. Pero los inuit eran mas inteligentes y les hacian frente. Un dia, un cazador que volvia al pueblo con buena caza fue visto por un gigante. El inuit sabia que si el gigante lo atrapaba se convertiria en su comida, asique dejo caer su caribú y escapo tan rapido como pudo. El tuniq lo vio y comenzo a perseguirlo, a lo que se sumó otro gigante que tambien los habia visto. El unuit era ágil y veloz, pero no lo suficiente para esquivar a dos gigantes, de manera que cuando se vio atrapado, se detuvo, giró y pregunto a los gigantes: -¿Porqué me persiguen?... Los gigantes respondieron: -Para comerte. El inuit, más inteligente que los tuniqs, se mostro sorprendido y contestó: -Soy solo un inuit pequeño con poca carne y ustedes son dos enormes tuniqs, de modo que sólo puedo servir de alimento a uno. ¿Quién de los dos me comerá? Esto dejo mudo a los tuniqs, porque cada uno se creía vencedor, cada uno decia haber visto primero al inuit y se consideraba con derecho a comérselo. Finalmente, el inteligente inuit propuso una solución: -Como ambos me vieron y sólo puedo alimentar a uno de ustedes, deben luchar entre los dos y yo mismo saltaré dentro de la cacerola del vencedor. Entonces ocurrió una de las peleas más impresionantes y conocidas de la historia. Los gigantes empezaron a luchar, y lucharon durante varios días y varias noches, arrojándose al suelo, ya que tenían una fuerza poderosa. Con cada golpe, la tierra se moldeaba, inclinándose y levantándose, y así aparecieron valles y colinas y montañas... Pero los gigantes lucharon y lucharon, hasta que quedaron agotados y detuvieron su pelea. Entonces, el inteligente inuit disparó a los exhaustos gigantes con sus pequeñas flechas, recuperó su caribú y regresó con su familia para darles de comer.

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