
Francisco Ramírez es una persona especial que con sólo nombrarla, puedo hacer entrever toda su cálida y pura sencillez. En un día totalmente despejado, pasa gran parte de su día buscando y persiguiendo a alguna nube viajera e inventa historias fantásticas gracias a ellas. Es un estudioso de la forma de las nubes, y de un sólo salto se puede abalanzar encima de cualquiera, arrebatando algún próximo nubarrón; y dice que en esas espumosas partículas es mas fácil poder soñar. Esta persona da conferencias en las altas montañas sobre climatología, y es especializado en cúmulos, esas grandes y temerosas nubes grises que cubren gran parte del cielo.
En sus relatos cuenta que en los tediosos días de verano resulta fácil subirse a ellas y soportar las altas temperaturas, debido a que todas las nubes tienen una pileta con gotitas de lluvia estacionada para poder nadar, resvalar y deslizarse entre una y otra sin preocupaciones. Por eso hablo de esta persona que conozco y que es un alma pura y despojada. Y manifiesto que muchos deberían aprender de él, porque con el ilusorio afán de dinero no se puede obtener ninguna nube... ese deseo esponjoso de vivir sencillo y pleno, en una porcion de cielo.